Elisabetta Sirani (1639-1665)


Autorretrato, 1658
(Museo Pushkin, Moscú)
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Elisabetta Sirani fue una artista italiana nacida en 1639 en Bolonia, una ciudad que produjo gran cantidad de pintoras, hecho que se debe en parte a que la mujer logró allí muchos avances en el reconocimiento de sus derechos.

Se dedicó a la pintura de estilo barroco y perteneció a la gran escuela boloñesa del siglo XVII. Podría haber sido una gran pintora internacional pero murió muy joven, a la edad de 27 años, lo que truncó su carrera profesional. Elisabetta por su condición de mujer no pudo asistir a una academia por lo que tuvo que aprender en el taller de su padre junto a su mentor Guido Reni.



Sobre 1650 comenzó su andadura por el mundo de la pintura, aunque también se incursionó en la música y la poesía. Su primera obra conocida fue San Jerónimo que la podemos encontrar en la Pinacoteca Nazionale di Bolonia.



San Jerónimo 

Ya en 1657 comenzó a ser pintora profesional siendo, más adelante, la gestora del taller familiar. Las pinturas de Sirani se caracterizaban por el tema religioso, cuya iglesia la apreciaba mucho y le realizó varios encargos como El Bautismo de Cristo. Otra pintura a destacar de carácter religioso es la Virgen con el Niño. 




El Bautismo de Cristo, 1658



La Virgen con el Niño, 1663


También realizaba pinturas de temática histórica como podemos ver en Porcia hiriéndose el muslo. Esta pintura representa a la esposa de Brutus tratando de probar a su marido hiriéndose en el muslo para demostrar su valentía, cualidad asociada al género masculino.            



Porcia hiriéndose en la pierna, 1664 
(Fundación Miles, Houston)
                                       

Además, en ellas introducía suaves claroscuros junto sombras tostadas, algo característico de la escuela boloñesa. Por lo que respecta a sus dibujos realizados con lápiz y tinta,  al contrario que sus pinturas, solía introducir fuertes claroscuros como podemos ver en el dibujo La Sagrada Familia con Santa Elizabeth y San Juan Bautista.


La Sagrada Familia, 1650


Generalmente, sus composiciones son de tamaño medio, con un diseño simple y un tono agradable y decorativo lo que provocaba que fuese muy atractivo para el comercio.

Destacar que aunque las pinturas que realizaba las hacía con cierta rapidez, el acabado era impecable teniendo así clientes como el Gran Duque Cosimo III de Médici. Además, se sabe que Elisabetta tenía una gran amplitud pictórica, lo que ha llevado a pensar a los investigadores que en sus producciones participaron sus hermanas, también pintoras, y sus discípulas cuyo número ascendía a más de doce. Debido a esto se le cuestionó como artista por lo que a menudo realizaba demostraciones públicas.

Elisabetta murió en el 1665 a causa de varias úlceras de estómago, aunque en un principio se pensó que fue envenenada por una de sus criadas. Actualmente sus restos se encuentran en la Basílica de Santo Doménico en Bolonia.

La obra de Elisabetta asciende a unas 200 pinturas, así como dibujos y diversos grabados pero de entre todas ellas podemos destacar:



Judith con la cabeza de Holofernes, 1658


Retrato de Beatrice Cenci, 1662.


San Antonio de Padua adorando al Niño Jesús, 1662.


La Pulga 
(Colección Privada)

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